En 1875, fue recibido en el Salón con un medallón con un retrato de François Jules Edmond Got, actor, decano de la Comédie-Française originario de l’Orne y algunos grabados.
La Touche nunca recibió un largo entrenamiento, pero cayó bajo la influencia de dos pintores más viejos, uno de los cuales en particular habría de tener un efecto profundo y de largo alcance en el desarrollo de la pintura europea. Estos dos eran Félix Bracquemond y Edouard Manet. Después de la Commune de París y la guerra, Manet, Degas y un grupo de pintores, críticos, poetas y autores acostumbraron reunirse regularmente en el Café de la Nouvelle-Athènes (hacia 1877-79) para discutir sobre arte y otros temas relacionados. La Touche también frecuentó este café donde aquéllos que conoció incluían al escritor realista Emile Zola, Duranty, un crítico, y Theodore Duret, un político, coleccionista y campeón de los Impresionistas.
La Touche no fue influenciado directamente por el estilo de Manet; más bien por las ideas que el hombre más viejo le transmitía. Sinceridad, candor, integridad y un esforzarse en busca de la verdad eran las cualidades que deberían buscarse en la vida y en el arte. Durante este periodo de su carrera, La Touche pintó escenas austeras de la vida diaria de los mineros y obreros cuya condición ya había sido puesta en conocimiento del público general por el realismo social de las novelas de Zola, como l'Assommoir y Germinal.
Después de 1890, sin embargo, hubo un cambio radical en materia de temas, paleta y técnica de las obras de La Touche. Durante seis años hasta 1896, gradualmente, pero firmemente evolucionó del realismo al idealismo que llegaría a ser el sello de su obra; la creación de un mundo armonioso, luminoso y encantador de parques y jardines, ninfas y fuentes, pirotecnia y fiestas campestres en que se pinta la naturaleza en términos de color y luz, pero con un elemento de fantasía que pone su obra aparte de la del primer grupo Impresionista.
En 1889, Gaston La Touche pintó "Grève à Anzin”, triste desfile de obreros en que se inspiró Emile Zola. Luego, bajo la influencia de su amigo y maestro Félix Bracquemond, dirige su paleta a un estilo inspirado en el Post-Impresionismo, especialmente influenciado por el estilo rococó del siglo XVIII y las "Fêtes galantes" de Antoine Watteau y François Boucher. Sus paisajes, retratos luminosos incluso de hadas, también influidos por Puvis de Chavannes encontraron un éxito inmediato en la Sociedad Nacional de Bellas Artes, que hizo su inauguración en 1890 tras la escisión del Salón de artistas franceses bajo la dirección de Ernest Meissonier y Puvis de Chavannes.
En 1891 quemó algunas de sus pinturas de las que no estaba satisfecho. También recibió numerosos premios, tales como el del Ayuntamiento de Saint Cloud o del salón de baile del Ministerio de Justicia y en 1900 recibió de monsieur Dervillé, Director de la Compañía de ferrocarriles París-Lyon-Méditerranée, así como otros 26 artistas, el encargo de una obra para decorar el restaurante Le Train Bleu en la estación de Lyon en París, bajo la atenta mirada de Marius Toudoire, arquitecto encargado de la decoración. Allí pintó “Antibes”.
En 1906 fue uno de los fundadores de la Société de la Peinture à l'eau, de la que es elegido presidente y en la que expone. En pleno ascenso, su carrera fue interrumpida bruscamente por su prematura muerte en 1913, cuando estaba junto a su caballete.